Las carreteras españolas cuentan con más de 3.000 radares bajo la vigilancia de la Dirección General de Tráfico (DGT), cuya finalidad es mejorar la seguridad vial y reducir accidentes. Un operario de mantenimiento ha compartido un consejo para identificar posibles radares fijos: observar si hay una escalerilla metálica en los pórticos de las autopistas. Estos radares suelen ubicarse en estructuras con escaleras para facilitar el mantenimiento. Sin embargo, este método no aplica a radares móviles o de tramo, que son más difíciles de prever. La ley española prohíbe el uso de inhibidores y detectores de radar, con severas multas para infractores, mientras que los avisadores de radar, basados en datos oficiales, son legales. En última instancia, respetar los límites de velocidad es la forma más efectiva de evitar sanciones.
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