Tomás Rufo perdió la oportunidad de salir por la puerta grande en Las Ventas al fallar con la espada en su segundo toro, un ejemplar noble y de gran movilidad del ganadero Victoriano del Río, que permitió a Rufo una destacada pero incompleta faena, recompensada solo con una vuelta al ruedo. La tarde, marcada por la presencia de ejemplares de fuerza justa y movimientos nobles, vio brillar momentáneamente a Emilio de Justo y Roca Rey, quienes también enfrentaron toros con limitaciones y escasa movilidad. La corrida, correspondiente a la Feria de San Isidro, atrajo a un público expectante que llenó el recinto, aunque las actuaciones generales no lograron mantener una consistencia que elevase la jornada al nivel esperado.
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