El príncipe saudí Al Waleed bin Khalid bin Talal Al Saud, conocido como «el Príncipe Durmiente», falleció a los 36 años en Riad tras dos décadas en coma. El anuncio fue hecho por su padre, el príncipe Khalid bin Talal, quien durante años se negó a desconectar el soporte vital, convencido de que su hijo podría despertar. Al Waleed sufrió un accidente de tráfico en 2005 en Londres que le causó una hemorragia cerebral. Su caso, seguido masivamente en redes sociales, se convirtió en símbolo de fe y controversia. El príncipe pertenecía a una prominente rama de la familia real saudí, lo cual amplificó el interés mediático. Su muerte ocurre en un momento en que la monarquía saudí busca proyectar una imagen modernizadora, en contraste con el tradicionalismo religioso aún presente en ciertos sectores del reino.
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