El realizador canadiense, siete años después de dirigir ‘Acorralado’, volvió a la gran pantalla con una de sus películas más emblemáticas, esta vez incursionando en el género de la comedia. En 1989, lanzó ‘Este muerto está muy vivo’, un filme que ha perdurado en la memoria colectiva por su humor peculiar y su narrativa innovadora. La película, que se ha convertido en un clásico de culto, sigue generando interés y estudio dentro del ámbito cinematográfico por su enfoque único y su capacidad para combinar situaciones absurdas con un trasfondo crítico e ingenioso.
Leer noticia completa en El Mundo.