En una tarde marcada por un notable fracaso ganadero, los diestros Alejandro Talavante, Pablo Aguado y Jarocho, quien realizaba su confirmación, encontraron escasa colaboración en el ruedo. Las esperanzas puestas en el ganado se desvanecieron rápidamente, convirtiendo el evento en una prueba de perseverancia para los toreros. La falta de bravura y calidad de los toros dejó una sensación de decepción entre los asistentes, quienes esperaban actuaciones memorables por parte de los matadores.
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