Francia enfrenta una nueva crisis diplomática con Argelia, tras llamar a consultas a su embajador en Argel y expulsar a doce funcionarios argelinos en París en respuesta a la medida similar tomada por Argelia contra funcionarios franceses. Esta situación ocurre apenas dos semanas después de un intento de deshielo en las relaciones bilaterales. La presidencia francesa ha manifestado su consternación y ha instado a Argelia a reanudar el diálogo, subrayando la necesidad de respetar sus obligaciones, especialmente en materia de seguridad y cooperación migratoria. Además, en un contexto paralelo, Francia reafirma su apoyo a Marruecos respecto al Sáhara Occidental, oponiéndose a un referéndum de independencia y respaldando el plan de autonomía marroquí. París también se compromete a colaborar con Marruecos para el desarrollo económico y social de la zona, reflejando una postura alineada con las resoluciones de la ONU.
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