El primer ministro de Francia, François Bayrou, ha anunciado un drástico plan de ajuste económico para frenar el creciente endeudamiento del país, que alcanza un 114% del PIB. La medida, que incluye congelar pensiones y reducir empleos públicos, ha generado fuerte oposición, con amenazas de moción de censura por parte de la extrema derecha de Marine Le Pen y críticas de los socialistas, calificando el presupuesto de «brutal». Bayrou propone un gasto congelado hasta 2026, exceptuando defensa y servicios de deuda, e introduce ajustes en sanidad y medidas contra el fraude fiscal. Además, se eliminarán dos días festivos para aumentar la producción. El primer ministro busca consenso en un clima político dividido y advierte del riesgo para su gobierno si el plan no es modificado.
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