La integración de la inteligencia artificial (IA) en el sector vitivinícola español está revolucionando la industria al permitir predicciones precisas sobre cosechas y plagas, además de mejorar la eficiencia operativa. Según Alberto García de la Federación Española del Vino, el principal desafío para adoptar la IA en el sector no es la inversión, sino la falta de formación y personal especializado en tecnología. La IA ofrece ventajas como la automatización del proceso de fermentación y el análisis de datos para decisiones más informadas. Eva Navascués de Alma Carraovejas destaca tres aplicaciones prácticas de la IA en sus viñas: predicción de rendimiento de uvas, detección de enfermedades fúngicas y determinación de faltas de plantas. A pesar de los obstáculos, el sector ve con optimismo el futuro de la digitalización, facilitado por iniciativas como el ‘Hub Nacional de Digitalización y Vino’ y la plataforma ‘Winext’, que asesoran a bodegas en su transición digital. La IA también está extendiendo su utilidad en áreas de comercialización y enoturismo, ayudando a captar mejor las tendencias del mercado y a conectar con los consumidores.
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