El sector logístico en Europa, especialmente en España, se encuentra en medio de un desafío crucial que redefine su estructura laboral. Un reciente informe de Gi Group Holding, el «2025 Logistics Europe Workforce Report», revela que el sector está experimentando cambios profundos debido a la automatización, cambios demográficos y demandas de modelos laborales más flexibles.
El estudio indica que el crecimiento de políticas comerciales y estrategias industriales podría generar hasta cinco millones de empleos nuevos para 2030. Sin embargo, la automatización podría reducir en un 34% las tareas humanas dentro de la cadena de suministro durante el mismo período.
La capacidad logística varía significativamente entre países europeos. Mientras que Polonia y Rumanía aún dependen de modelos intensivos de mano de obra, España enfrenta una escasez crítica de talento especializado. Actualmente, el empleo en logística en España representa el 2,6% de la fuerza laboral, pero su crecimiento está limitado debido a la rápida evolución de las demandas de nuevos perfiles.
El envejecimiento de la población y la limitada participación femenina, con solo el 20% de representación, amenazan la sostenibilidad a medio plazo. La jubilación de los «baby boomers» puede interrumpir la transmisión de conocimientos esenciales. Además, las restricciones para incorporar talento extranjero son un obstáculo en países con alta demanda de profesionales como Alemania y Bélgica.
El sector enfrenta una marcada tensión entre la necesidad de habilidades digitales y el trabajo físico. Aunque la automatización es vital, el trabajo sigue siendo intensivo en mano de obra. Asimismo, es crítico adoptar modelos laborales más flexibles, que respondan al deseo de un mejor equilibrio entre vida laboral y personal.
Para abordar estos retos, el informe sugiere cuatro líneas de acción: mejorar la planificación de la fuerza laboral, consolidar la logística como una carrera atractiva, explorar nuevas fuentes de talento y desarrollar modelos que equilibren el rendimiento con la preparación futura. Esto requiere un enfoque que no solo automatice procesos, sino que también capacite e integre al personal presente, asegurando una transición efectiva hacia un futuro más tecnológico.
El destino del sector en Europa y España dependerá de la habilidad de las empresas para atraer, formar y retener talento adecuado, buscando construir cadenas de suministro resilientes en una economía cada vez más interconectada.
