Las redes sociales se han inundado con videos de gatos que experimentan una aparente felicidad al encontrarse con losas de hormigón, lo que ha llevado a muchos a replicar la experiencia en casa. Sin estudios específicos que expliquen este fenómeno, expertos sugieren que el hormigón ofrece una textura rugosa ideal para el automasaje y el marcado territorial con feromonas. Además, la forma de las losas puede recordar a comportamientos documentados científicamente, como el interés de los gatos por los rectángulos. El veterinario Bruce Kornreich señala también el papel del olor y la temperatura del hormigón como atractivos adicionales. Los especialistas coinciden en que la curiosidad exploratoria es parte esencial del comportamiento felino y sugieren introducir novedades sensoriales para estimular a las mascotas, sin necesidad de llenar el hogar de losas.
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