Gaza enfrenta una devastación total tras dos años de conflicto, con el 80% de sus estructuras dañadas. Las cifras de Naciones Unidas y organizaciones independientes revelan una crisis humanitaria sin precedentes: más de 67,000 muertos, 170,000 heridos y una economía paralizada. La infraestructura vital, como hospitales y redes de agua, está en ruinas, y el sistema educativo colapsado afecta a 660,000 niños que han estado sin clase durante tres años. Israel controla el 75% del territorio y las operaciones militares han destruido gran parte del tejido urbano. La ayuda humanitaria es escasa y, en un contexto de hambruna y descomposición social, el saqueo y la violencia aumentan. Gaza, devastada física y emocionalmente, lucha por sobrevivir entre escombros y carencias extremas.
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