Google ha vuelto a centrar su atención en España como un punto crítico para la conectividad global con el anuncio de su nuevo cable submarino transatlántico. Bautizado como «Sol», este avanzará desde Santander, España, hacia Florida, Estados Unidos, pasando por las Bermudas y las Azores. Este desarrollo es parte del objetivo de Google de expandir su infraestructura digital de nueva generación.
Sol se convierte en el segundo cable que une directamente EE.UU. con España, tras Grace Hopper, operativo desde 2021. Sin embargo, se diferencia por ser el único activo que conecta Europa con Florida, permitiendo rutas de conexión más veloces y con mayor capacidad.
El lanzamiento de Sol responde a la creciente demanda de infraestructura generada por la inteligencia artificial y los servicios en la nube. Este cable fue diseñado para potenciar el rendimiento de Google Cloud e IA, aspectos resaltados por la empresa dado el consumo energético y de conectividad de sus modelos generativos.
Con la llegada de Sol a la costa de Santander, Telxius, parte del Grupo Telefónica, facilitará su despliegue en España. La infraestructura promete atraer inversiones tecnológicas, empleo y convertir a Santander en un centro digital competitivo, como enfatizó la alcaldesa Gema Igual.
En Estados Unidos, el cable llegará a Palm Coast, Florida, donde Google se asociará con DC BLOX para desarrollar una estación de aterrizaje. Este proyecto ha sido bien recibido por las regiones de Florida, las Azores y las Bermudas, que ven en él un impulso para sus economías digitales.
Sol representa más que una mejora técnica: es una apuesta estratégica por la conectividad y el desarrollo económico regional. Desde el 95% del tráfico de internet, los cables submarinos son vitales para la transmisión de datos, y con Sol, Google fortalece no solo sus servicios, sino también el control estratégico sobre la infraestructura digital global.
La ubicación geográfica de España, sumada a su estabilidad política y su creciente ecosistema de centros de datos, la consolida como puente digital entre continentes. Con proyectos como Sol, España se coloca como un eje clave en la carrera hacia un futuro interconectado, donde la gestión de datos bajo el mar determinará el control sobre la economía digital.