Con la llegada del otoño, los jardineros expertos saben que el momento de preparar el jardín para el invierno ha llegado. Si bien muchas plantas requieren un mantenimiento mínimo durante las estaciones frías, hay tres en particular que demandan especial atención en forma de poda para asegurar su supervivencia y florecimiento futuro.
La rosa, un icono de belleza y aroma en numerosos jardines, es la primera de estas plantas. Durante el otoño, es crucial eliminar sus ramas secas, enfermas o muertas. Esta práctica no solo mejora la circulación del aire alrededor de la planta, sino que también disminuye la posibilidad de que enfermedades y plagas invernales ataquen. Además, podar en esta época fortalece la planta, preparando el terreno para nuevos brotes en la primavera.
Otra planta que requiere atención es la lavanda. Conocida por su encantador colorido y resistente naturaleza, necesita ser podada antes de la llegada de las heladas. Eliminar las ramas leñosas favorece el crecimiento de nuevos tallos y mantiene a la planta compacta, evitando que pierda su belleza característica.
Por último, las hortensias, con su exuberante floración, también demandan cuidado. Podarlas después de su floración es vital para asegurar que descansen adecuadamente durante el invierno. Sin embargo, es crucial identificar las variedades de hortensias, puesto que algunas florecen en la madera vieja y otras en la nueva, lo cual requiere métodos diferentes de poda.
Dedicar tiempo en otoño para cuidar de estas plantas no solo preservará su salud durante los meses fríos, sino que recompensará con jardines vibrantes y aromáticos en la primavera siguiente. Así, los esfuerzos realizados ahora se verán reflejados en una explosión de color y vida cuando el clima cálido regrese, garantizando un jardín resplandeciente y lleno de vitalidad.