La gota, una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de ácido úrico en el organismo, genera cristales en las articulaciones, provocando dolor intenso e inflamación. La gestión adecuada de esta afección pasa principalmente por una dieta específica diseñada para controlar la concentración de ácido úrico en el cuerpo.
En cuanto a los alimentos recomendados, las frutas y verduras están en el centro de una dieta saludable para quienes padecen de gota, ya que son bajas en purinas, compuestos que al descomponerse aumentan el ácido úrico. Los expertos sugieren el consumo de cerezas por su capacidad de reducir dichos niveles, así como cítricos, manzanas, peras, uvas, plátanos, y hortalizas como zanahorias, tomates, brócoli y espinacas. Los lácteos bajos en grasa, como la leche descremada y los yogures, también son favorables en la reducción del riesgo de ataques.
Los granos integrales, como el arroz integral y la avena, aportan fibra esencial sin elevar el ácido úrico. Las proteínas deben incluir huevos, pollo, pavo sin piel, y tofu, todos en moderación. Aceites vegetales como el de oliva son sugeridos por sus propiedades antiinflamatorias, y la hidratación es crucial, haciendo del agua y el café una compañía ideal, sin olvidar los beneficios del té verde.
Por otro lado, es crítico evitar ciertos alimentos. Las carnes con alto contenido en purinas, como vísceras y carnes rojas, deben descartarse de la dieta. Los pescados y mariscos, tales como sardinas y mejillones, son particularmente elevados en purinas y, por lo tanto, no recomendados. El alcohol es otro componente que eleva el ácido úrico, con la cerveza como uno de los mayores contribuidores, al igual que las bebidas azucaradas.
Se aconseja consumir algunos productos con moderación, como carnes blancas, ciertos mariscos, y frutos secos, ya que equilibran nutrición y niveles bajos de purinas.
Para complementarlo, mantener un peso saludable es esencial pues el sobrepeso aumenta las probabilidades de un ataque. Sin embargo, las dietas extremadamente restrictivas deben evitarse porque la pérdida rápida de peso puede elevar temporalmente el ácido úrico. También es fundamental controlar las porciones y asegurar una ingesta diaria de al menos dos litros de agua.
Con una dieta equilibrada, rica en los alimentos permitidos mencionados, se puede lograr una mejor gestión de la gota, minimizando así sus dolorosos síntomas y promoviendo la salud general del paciente.