La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía ha instado a los consumidores a practicar un consumo consciente y responsable de alimentos mediante la lectura atenta de la información proporcionada en el etiquetado. Esta información, presente en el envase, documento, rótulo o etiqueta, busca evitar confusiones sobre las características del alimento. Es esencial que esta no atribuya al producto propiedades que no posee ni sugiera características especiales que no sean exclusivas del mismo.
La información en el etiquetado debe ser clara y accesible, detallando aspectos como la denominación del alimento, lista de ingredientes, potenciales alérgenos, cantidad neta, fecha de caducidad, condiciones de conservación, país de origen, y cualquier información nutricional relevante. Particularmente, no se permite que la información sugiera que un alimento puede prevenir, tratar o curar enfermedades.
Además de la información obligatoria, los consumidores pueden encontrar el sistema de clasificación ‘Nutri-Score’ en algunos productos envasados. Este etiquetado gráfico es voluntario para las empresas y utiliza un ‘semáforo’ que va desde la letra A (verde) a la E (rojo) para indicar la calidad nutricional del producto. Sin embargo, no clasifica los alimentos como saludables o no saludables, sino que facilita una comparativa entre productos similares de distintas marcas.
La Dirección General de Consumo también lleva a cabo campañas anuales de inspección alimentaria. Este año, los Servicios Provinciales de Consumo participan activamente en varios planes de control, con un mínimo de 2.000 actuaciones previstas. Las inspecciones abarcan desde el control de información y calidad de alimentos, hasta campañas específicas sobre carne ibérica y miel, todas orientadas a garantizar el cumplimiento de las normativas de calidad y proteger a los consumidores.
Fuente: Junta de Andalucía.
