En la actualidad, la calidad del aire en espacios cerrados ha adquirido una importancia creciente debido al aumento del tiempo que las personas pasan en interiores, estimado en un 90% de su jornada diaria. Este cambio ha dirigido la atención hacia la necesidad de garantizar un aire limpio y saludable en nuestros hogares, oficinas y lugares de ocio.
Expertos en salud han destacado diversas medidas para mejorar la calidad del aire interior. La ventilación adecuada es crucial; se recomienda abrir las ventanas diariamente, incluso en invierno, para renovar el aire y reducir contaminantes. Además, mantener una rutina de limpieza regular es vital. Emplear una aspiradora con filtro HEPA ayuda a minimizar el polvo y los alérgenos, mientras que la limpieza de los filtros en sistemas de calefacción y aire acondicionado previene la recirculación de partículas nocivas.
Las plantas de interior ofrecen beneficios adicionales. Especies como la lengua de suegra, el lirio de la paz y el poto son eficazmente purificadoras, eliminando toxinas y aumentando el oxígeno en el ambiente. Para quienes prefieren soluciones tecnológicas, los purificadores de aire representan una excelente inversión, capturando contaminantes y compuestos orgánicos volátiles.
Elegir productos de limpieza sin químicos agresivos también es esencial, ya que estos pueden liberar sustancias volátiles al aire. Optar por alternativas naturales o menos tóxicas contribuye a un ambiente más saludable. Asimismo, es fundamental mantener la humedad relativa del hogar entre el 30% y el 50% para prevenir la proliferación de moho y hongos, asegurando así un aire respirable.
Incorporar estos hábitos no solo mejora la calidad del aire, sino que también crea un entorno más seguro y promueve el bienestar general, ayudando a prevenir trastornos respiratorios. Estos cambios son esenciales para fomentar un estilo de vida más consciente y saludable.