El Gobierno español enfrenta un periodo de alta incertidumbre tras el colapso de su propuesta de reforma fiscal en la Comisión de Hacienda del Congreso. La administración liderada por el PSOE busca ajustar la presión fiscal para cumplir con los compromisos europeos sin recortes, pero la votación resultó caótica, revelando dificultades para reunir apoyo. En un intento desesperado, el Gobierno alteró acuerdos con partidos regionales para asegurar el respaldo de otras facciones, permitiendo la extensión de un impuesto sobre grandes empresas energéticas. Sin embargo, otras propuestas, como gravar a las entidades bancarias, aumentar impuestos a bienes de lujo, y eliminar exenciones fiscales a la vivienda turística y seguros privados, fueron rechazadas. A pesar del clima adverso, la comisión aprobó algunas medidas, incluyendo la introducción de un tipo mínimo en el impuesto de sociedades y ajustes en el IRPF para rentas altas. La situación proyecta una negociación intensa para aprobar los presupuestos de 2025, cruciales para la estabilidad del Gobierno.
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