En un creciente conflicto en el sur del Líbano, ocho soldados israelíes han muerto y varios más han resultado gravemente heridos en lo que Israel describe como «incursiones limitadas» en territorio controlado por Hizbulá. La milicia chií, tras la reciente muerte de su líder Hasan Nasralá, ha intensificado sus ataques, usando misiles antitanque y mortero contra las fuerzas israelíes. Aunque Israel ha conseguido desmantelar parte de la infraestructura subterránea de Hizbulá, la organización ha demostrado una notable resiliencia, obligando a sus líderes a actuar con rapidez y discreción para reconfigurar sus filas. Mientras las tensiones crecen, expertos anticipan una posible radicalización de Hizbulá, lo que podría complicar aún más la situación para Israel en una región ya volátil.
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