En un contexto de dolor por la reciente riada, los familiares de las víctimas buscan, más allá de homenajes y mensajes de esperanza, verdad y justicia ante la negligencia estatal durante la DANA. En el duelo comunitario, el funeral de Estado contrasta con el auténtico sentido de comunidad, que se mostró solidaria frente a la ineficacia gubernamental. La familia se reafirma como pilar esencial, en una sociedad dividida y distante del bien común. El Estado es instado a fortalecer esta institución clave mientras se guarda la memoria de las víctimas como la esencia de una verdadera comunidad.
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