En la Vega del Tajuña, una empresa madrileña destaca por su compromiso con la agricultura sostenible y la recuperación de variedades tradicionales casi olvidadas. Esta finca centenaria incorpora un huerto experimental, almazara y bodega, viabilizando un modelo de producción que conecta directamente el campo con la mesa, sin recurrir a atajos. La iniciativa se centra en prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente, buscando preservar el legado agrícola mientras se exploran innovaciones que potencian la calidad y diversidad de sus productos.
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