El Ministerio había solicitado fondos europeos con la promesa de que los dispositivos se fabricarían «ex novo» en el país, pero finalmente optó por importar dispositivos de bajo costo desde Asia y modificarlos. Esta decisión ha generado críticas, pues contrasta con el compromiso inicial de producción local, planteando dudas sobre el uso efectivo de los fondos destinados a fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico a nivel nacional.
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