Un informe del Estado Mayor del Ejército israelí, publicado por el diario Haaretz, ha puesto en evidencia la gravedad del ataque llevado a cabo el 24 de marzo por la unidad de élite Sayeret Golani contra un convoy humanitario en Rafah, Gaza. Según el reporte, las tropas abrieron fuego durante tres minutos y medio sobre ambulancias claramente identificadas, resultando en la muerte de 15 paramédicos, a pesar de las señales visibles de identificación como vehículos médicos. El ataque, que continuó contra un segundo convoy humanitario causando 12 muertes adicionales, se realizó sin autorización y violando protocolos militares, lo cual ha generado críticas severas de organismos internacionales. Aunque el subcomandante del batallón fue destituido y se estudia la posibilidad de abrir una investigación penal, los incidentes han intensificado las tensiones y suscitado presiones globales para una respuesta transparente y responsable por parte del ejército israelí.
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