La guerra arancelaria amenaza con desencadenar un efecto dominó en el mercado de la electrónica, afectando a gigantes tecnológicos como Google, Microsoft, HP, Dell y Lenovo, así como a los fabricantes de chips. Estos problemas surgen a medida que las tensiones comerciales impactan las cadenas de suministro globales, complicando la producción y distribución de dispositivos electrónicos. La incertidumbre derivada de estos conflictos pone en riesgo la estabilidad del sector, generando preocupaciones sobre incrementos en los costos y posibles retrasos en el lanzamiento de nuevos productos al mercado.
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