Un estudio publicado por ‘The Lancet’ revela una disparidad preocupante en la salud global: mientras los países ricos logran disminuir las muertes mediante prevención y tratamientos avanzados, las naciones con ingresos bajos y medios enfrentan un aumento en diagnósticos y fallecimientos. Esta divergencia destaca las crecientes desigualdades en acceso a servicios médicos eficaces, subrayando la necesidad urgente de mejorar las estrategias de salud y financiamiento en regiones más vulnerables para abordar esta crisis de manera efectiva.
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