Durante el Festival Aéreo en Gijón, un caza F-18 impresionó a los asistentes al realizar una arriesgada maniobra de alabeo cerca de la playa para evitar una bandada de aves. El Ejército del Aire explicó que esta acción es parte del protocolo de seguridad para proteger tanto al piloto como al público. Según las autoridades, los pilotos están entrenados para responder rápidamente a imprevistos, y en este caso, el piloto actuó con eficacia y profesionalismo. En un evento similar en junio, otro avión sufrió un impacto de ave que provocó daños, destacando la constante amenaza que representan estas situaciones en espectáculos aéreos.
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