En el Rif, región marroquí fronteriza con España, se avanza en la cosecha de cannabis tras su legalización para usos médicos e industriales. Este año destaca por la amnistía concedida por Mohamed VI a 4.831 cultivadores condenados por cultivo ilícito. La región, históricamente dominada por el tráfico de hachís, enfrenta ahora un intento gubernamental de regular el cultivo mediante la ley 13-21. Aunque se han otorgado 2.800 licencias legales y la superficie de cultivo legal ha aumentado, el cultivo ilegal sigue siendo considerablemente mayor. Las autoridades españolas muestran escepticismo respecto a una reducción en el contrabando y denuncian escasa colaboración con Marruecos en la lucha contra el narcotráfico. La implicación de altos cargos marroquíes en este tráfico agrava la situación, mientras que el país sigue explorando estrategias para transitar de un comercio ilícito a uno reglado.
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