El análisis de la herramienta CarbonTrack360, desarrollada por la empresa pública Ineco, revela que aunque el tren es más limpio que el avión en términos de operación, su construcción genera más emisiones de GEI debido a la alta demanda de materiales como hormigón y acero. Sin embargo, si hay suficiente demanda de pasajeros, estas emisiones se compensan con el tiempo. Por ejemplo, en la ruta Madrid-Córdoba-Sevilla/Málaga, las emisiones por pasajero ferroviario son significativamente menores que las del transporte aéreo. El estudio también destaca que, mientras la construcción de infraestructura ferroviaria representa la mayor parte de sus emisiones, en las infraestructuras aeroportuarias, la mayoría de las emisiones provienen de los vuelos. Además, se proponen soluciones para reducir la huella climática en ambos modos de transporte, como la construcción sostenible y el uso de combustibles renovables en la aviación.
Leer noticia completa en El Pais.