En una tarde llena de emociones en la Plaza de La Maestranza, Morante de la Puebla deslumbró con una actuación magistral, especialmente en el cuarto toro donde realizó una serie de suertes con el capote y la muleta que cautivaron al público, culminando con el corte de dos orejas. A pesar de la difícil condición de los toros, Juan Ortega y Pablo Aguado también mostraron destellos de arte. Ortega destacó por su habilidad con el capote, aunque enfrentó desafíos con la muleta ante toros complicados. Aguado dejó impresiones de calidad, pero no logró el éxito esperado debido a las escasas cualidades de su lote. La corrida fue marcada por la entrega de los toreros, quienes, pese a las dificultades de los astados de Domingo Hernández, llenaron de arte una tarde sevillana inolvidable.
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