En el contexto de unas elecciones presidenciales cercanas, el equipo de estrategia de Kamala Harris, candidata demócrata, enfrenta tensiones internas mientras se atribuyen la responsabilidad por los errores de campaña. Con Donald Trump aventajando por 0,5 puntos en las encuestas generales, la desventaja en los estados clave ha dejado a Harris en una posición ajustada. Las divisiones dentro de su equipo, que incluye personal de Harris, miembros del equipo de Joe Biden tras su renuncia y el grupo estratégico de Barack Obama, han afectado la cohesión de la campaña. La elección de Tim Walz como compañero de fórmula en lugar de una figura potencialmente más movilizadora en un estado clave ha sido uno de los puntos de discordia. Además, los comentarios despectivos de Biden hacia los votantes de Trump han complicado la estrategia, obligando a Harris a distanciarse de sus declaraciones. La campaña también critica la demora en la retirada de Biden tras un debate desfavorable, lo que, según el equipo, dejó escaso tiempo para presentar a Harris adecuadamente ante el electorado.
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