En Estados Unidos, las «preguntas a gritos» a figuras como el presidente son una práctica común y reconocida por la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. Este método permite a los periodistas buscar respuestas cuando el mandatario no está disponible, aunque resulta sorprendente para reporteros de otros países debido a la frecuencia con la que el presidente estadounidense realiza declaraciones públicas. La tradición, a pesar de su relevancia, genera malentendidos, especialmente con líderes mayores como Biden o Trump, quienes a veces parecen responder sin haber oído claramente. Estos episodios pueden dar lugar a titulares erróneos que el equipo de prensa de la Casa Blanca debe corregir. La práctica se ve dificultada por la música usada para disuadir las preguntas, un elemento que añade confusión al proceso.
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