Un apagón masivo dejó sin servicio la red ferroviaria en España, atrapando a miles de pasajeros en trenes, principalmente en las líneas Madrid-Sevilla, Madrid-Barcelona y cercanías de ciudades como Madrid y Barcelona. El ministro de Transportes, Óscar Puente, priorizó el rescate de los afectados, mientras que el presidente Sánchez confirmó que el servicio no se restablecería en el día. Autobuses y aeropuertos también sufrieron alteraciones, con vuelos cancelados y retrasos, aunque la actividad aérea se mantuvo operativa mediante generadores de emergencia. El tráfico en las ciudades se complicó por la falta de semáforos, y las autoridades instaron a reducir desplazamientos.
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