Investigadores de la Universidad de Sevilla, pertenecientes al grupo de investigación Healthy Architecture & City, han identificado los requisitos arquitectónicos necesarios para mejorar la calidad de vida de las personas con alzhéimer. Según sus hallazgos, presentados en un estudio financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, el diseño óptimo de espacios para personas con esta enfermedad debe basarse en la seguridad, accesibilidad y promoción de la interacción social.
La investigación, que ha analizado 30 residencias construidas en las últimas cuatro décadas, resalta la importancia de personalizar los entornos de tal manera que se atienda no sólo las necesidades funcionales sociosanitarias, sino que también se mejore la experiencia emocional y cognitiva de los usuarios. Publicado en la revista Buildings, el estudio destaca cómo el diseño arquitectónico influye directamente en el comportamiento y emociones de los residentes.
Un aspecto esencial es el empleo de un enfoque holístico en el diseño de residencias, facilitando la orientación espacial y temporal para reducir la confusión, disminuyendo el estrés y promoviendo un sentido de pertenencia. Los especialistas sugieren la implementación de distribuciones sencillas, con áreas al aire libre y vegetación, que promuevan la calma y actividades autónomas, mejorando la calidad de vida de los residentes.
La investigación también apoya un cambio de paradigma en el diseño de residencias para la tercera edad, abogando por una transición desde un enfoque estrictamente funcional hacia uno centrado en la experiencia del usuario, dignidad, seguridad y autonomía. Se propone el uso de módulos habitacionales que más se asemejen a una vivienda, con espacios comunes que favorezcan la interacción social y evocan un ambiente hogareño.
Además, se recomienda la inclusión de espacios de estimulación sensorial adaptados, así como áreas específicas para cuidadores y familiares. Los investigadores continúan desarrollando estrategias arquitectónicas que fomenten el bienestar de personas con deterioro cognitivo, ofreciendo así una guía para arquitectos y gestores interesados en crear entornos más humanos y personalizados.
Fuente: Junta de Andalucía.