En España, el sector de la investigación ha mostrado un crecimiento notable, situándose cerca de la media europea en términos de número de investigadores por millón de habitantes y alcanzando el noveno lugar mundial en número de publicaciones científicas. No obstante, el impacto global de la investigación y desarrollo (I+D+i) del país sigue siendo modesto y se ve frenado por la falta de continuidad en las políticas de financiación. A pesar del reciente aumento en la inversión gracias a los fondos de recuperación y un incremento en los presupuestos nacionales, las inestabilidades políticas amenazan con interrumpir este progreso. La reforma de la Ley de Ciencia promete mejoras significativas, pero su implementación efectiva es crucial. Los expertos abogan por una programación plurianual y una autonomía financiera auténtica para asegurar la continuidad y estabilidad del sector, destacando la necesidad de voluntad política para establecer un contrato de gestión sostenible y eficaz que garantice el crecimiento de la ciencia en el país.
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