Un reciente informe revela que, tras un ataque, las autoridades decidieron recoger y cubrir los cadáveres al día siguiente, además de triturar los vehículos implicados. Sin embargo, el documento concluye que la decisión de destruir los vehículos fue un error. Esta medida ha suscitado críticas y revisiones sobre la gestión postincidente, destacando la necesidad de evaluar las acciones emprendidas durante las respuestas a situaciones de crisis.
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