Israel ha llevado a cabo un bombardeo en Doha, Qatar, dirigido a líderes de Hamás, marcando el primer ataque israelí en el país, conocido por ser mediador en el conflicto palestino-israelí. El ataque, que fue coordinado con agencias de inteligencia israelíes, resultó en la muerte de cinco miembros de Hamás, entre ellos un hijo de Jalil Al Haya. La Casa Blanca criticó la operación, calificándola de «desafortunada» y contraria a los esfuerzos para alcanzar un alto el fuego. Qatar negó haber recibido un aviso previo del ataque y condenó el acto como una violación del derecho internacional. Este incidente plantea interrogantes sobre el futuro papel de Qatar en las mediaciones del conflicto.
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