Los gobiernos de Israel y Estados Unidos aumentan las tensiones con Irán, con amenazas dirigidas al líder supremo Alí Jameneí. Donald Trump insiste en la rendición de Jameneí mientras se insinúa una posible intervención de Washington. Rusia intenta mediar, advirtiendo que un apoyo estadounidense directo a Israel podría desestabilizar Oriente Próximo. Mientras tanto, Israel lleva a cabo ataques aéreos sobre instalaciones militares y nucleares en Irán, incluyendo una planta de centrifugadoras en Karaj, sosteniendo que se utilizan para armamento nuclear. Jameneí rechaza rendirse y advierte de consecuencias graves si EE. UU. interviene. El Organismo Internacional de Energía Atómica confirma daños en las instalaciones vigiladas bajo el acuerdo nuclear de 2015. A pesar de los intentos de mediación rusa, y el retiro ofrecido por EE. UU. a sus ciudadanos en Israel, el conflicto sigue intensificándose con misiles iraníes impactando en territorio israelí sin víctimas reportadas.
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