La Flotilla Global Sumud, con 500 activistas de 44 países, avanza hacia Gaza con intenciones de romper el bloqueo israelí y entregar ayuda humanitaria, enfrentando una inminente interceptación por parte de Israel. Con figuras como Ada Colau y Greta Thunberg a bordo, la flotilla se encuentra en una “zona de alto riesgo”, mientras Israel despliega drones y planifica detener o hundir barcos. A pesar de las maniobras peligrosas reportadas, los activistas continúan su misión pacífica, documentando cada paso. Los gobiernos de Italia y España han retirado apoyo, aumentando los riesgos del convoy, mientras el debate sobre el bloqueo y el derecho al paso seguro se intensifica.
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