La final de Roland Garros, protagonizada por Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, se destacó no solo por su calidad, sino también por ser la más prolongada en la historia del torneo con 5 horas y 29 minutos. El tenista italiano, que comenzó ganando 2-0 y perdió tras desaprovechar tres bolas de partido, ha tenido dificultades para dormir desde entonces. Sinner, antes de competir en el Torneo de Halle, expresó la necesidad de superar el desánimo y centrarse en lo que viene, considerándolo una oportunidad para un nuevo comienzo. Durante su descanso, ha estado con su familia realizando actividades cotidianas, preparando así su regreso competitivo en la temporada de hierba antes de Wimbledon.
Leer noticia completa en 20minutos.