El general de brigada Yossi Sariel, comandante de la unidad de inteligencia israelí 8200, renunció tras reconocer su responsabilidad personal en el fracaso del 7 de octubre, cuando un ataque de Hamás dejó cerca de 1.200 muertos y 251 secuestrados en Israel. En su carta de dimisión, Sariel, quien lideraba la mayor unidad de inteligencia militar encargada de recopilar información sobre Gaza, admitió errores de evaluación y preparación. Su renuncia ocurre en un contexto de creciente indignación popular contra el gobierno israelí y sus altos mandos, sumándose a otras tres dimisiones en los últimos 11 meses.
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