En una reciente entrevista con CNN, Jensen Huang, CEO de NVIDIA, abordó un tema crítico en el contexto geopolítico actual: la competencia en inteligencia artificial (IA) entre Estados Unidos y China. En el centro de la discusión están las restricciones a la exportación de hardware de IA estadounidense hacia China, un asunto que ha generado tensiones significativas.
Huang defendió una estrategia de apertura tecnológica para mantener el liderazgo global de EE. UU. en el ámbito de la inteligencia artificial. Según el directivo, limitar el acceso a la tecnología no debería ser el objetivo principal. “Privar a alguien de tecnología no es una meta”, sostuvo. En su opinión, es crucial que la tecnología americana esté disponible a nivel mundial, lo que incluye permitir el acceso a desarrolladores chinos. Esta postura busca incentivar la innovación global sobre una base establecida por EE. UU.
En un momento en el que la venta de GPU de alto rendimiento a China está bajo escrutinio, Huang minimizó los temores de que estas exportaciones fortalezcan al ejército chino. Argumentó que tanto China como otros países ya tienen capacidades locales para desarrollar tecnologías avanzadas sin depender de chips estadounidenses, lo que reduce el riesgo de una dependencia estratégica.
La visita de Huang a Beijing, programada para el 16 de julio, ha generado preocupación en EE. UU., especialmente en el Congreso. Los senadores Jim Banks y Elizabeth Warren han instado al CEO a no reunirse con representantes de empresas vinculadas al aparato militar chino, advirtiendo sobre posibles implicaciones estratégicas y vulnerabilidades en los controles de exportación.
El debate también se ha intensificado por informes de que China está desarrollando centros de datos que podrían usar más de 115,000 GPUs de NVIDIA, lo que parece desafiar las restricciones comerciales de EE. UU. La procedencia de estos chips aún es incierta, suscitando interrogantes sobre el cumplimiento de las normas actuales.
Desde el comienzo del segundo mandato de Donald Trump, la administración ha adoptado una postura más receptiva hacia la IA, sugiriendo una relajación de regulaciones previas. Sin embargo, las tarifas comerciales contra China siguen siendo un gran obstáculo para normalizar las relaciones comerciales tecnológicas.
Las declaraciones de Huang apuntan a reducir la tensión tecnológica entre EE. UU. y China, proponiendo un modelo de cooperación controlada donde EE. UU. mantenga su liderazgo sin restringir el acceso global a sus tecnologías. Sin embargo, este enfoque enfrenta riesgos políticos significativos y su éxito dependerá de las decisiones tanto de Washington como de Pekín, y del futuro desarrollo de las relaciones bilaterales en tecnología.