Jorge Martín se coronó campeón del mundo de MotoGP, poniendo fin a su temporada con una celebración inspirada en la película Terminator, adoptando el apodo «Martinator». Al llegar al estadio, se lanzó al suelo y reveló una caja con una placa de hielo numerada con el 89, recordando la icónica frase «Hasta la vista baby» de la saga cinematográfica. Tras romper el bloque de hielo, desveló su casco de campeón del mundo, dorado y marcado con el número 1. Emocionado, Martín, quien soñaba con este momento desde niño, fue recibido por su equipo con una pizarra conmemorativa tras cruzar la meta, solidificando su legado en el MotoGP.
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