El reciente Comité Federal del PSOE reveló la profunda crisis interna que enfrenta el partido. Convocado para abordar el «caso Cerdán» de corrupción, el evento mostró la presión tanto interna como externa sobre el líder del partido, Pedro Sánchez. Durante la reunión, Francisco Salazar dimitió de la Ejecutiva tras denuncias de acoso, y Emiliano García-Page exigió que Sánchez se sometiera a una cuestión de confianza o convocara elecciones, generando divisiones visibles. A pesar de los intentos de Sánchez por reafirmar su liderazgo y endurecer el código ético del partido, el ambiente general reflejó tensión y desconfianza, con una falta de entusiasmo notable entre los asistentes, evocando un partido más en declive que en recuperación.
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