El ejército ucraniano avanza en Kursk, región fronteriza rusa, intentando desarticular la capacidad logística de las fuerzas de Moscú. Tras la destrucción de dos puentes clave sobre el río Seim, Ucrania busca emular su exitosa campaña en Jersón, con la esperanza de desmantelar el mito del poderío militar ruso. Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, urgió a sus aliados a acelerar el suministro de ayuda militar. Mientras tanto, fuerzas rusas enfocan sus esfuerzos en eliminar grupos ucranianos infiltrados, aunque sin detener la incursión. En medio de esta crisis, el presidente ruso Vladímir Putin sigue con su agenda internacional, viajando a Azerbaiyán.
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