El exembajador de España en Venezuela, Raúl Morodo, junto a su hijo, ha sido sentenciado por recibir comisiones millonarias provenientes de la petrolera estatal venezolana, PDVSA, a cambio de asesorías ficticias. La sentencia destaca que Morodo y su hijo habrían montado un entramado de empresas ficticias para canalizar el dinero procedente de dichas comisiones, una actividad que levantó sospechas de las autoridades españolas y condujo a una investigación que culminó en su condena. Este caso subraya la compleja red de corrupción vinculada a la gestión de recursos del Estado venezolano y la implicación de terceros en el extranjero.
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