A principios del siglo XX, Japón enfrentó una crisis de arroz que culminó en masivas protestas debido al aumento del precio de este alimento esencial en la dieta del país. La agitación social alcanzó tal magnitud que provocó la caída del gobierno en el poder, destacando la importancia económica y cultural del arroz en la vida de los nipones. Esta situación subraya cómo la estabilidad política puede verse afectada por problemas relacionados con productos básicos.
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