En Petah Tikva, Israel, un campamento de veteranos se ha convertido en símbolo del colapso emocional del país, en medio de un conflicto que suscita división interna. Siete soldados se suicidaron en julio y miles sufren heridas invisibles. Un 62% de los israelíes desea finalizar la guerra para liberar rehenes, aunque las filas de Netanyahu se debilitan, incluso dentro de su propio bloque. La guerra en Gaza ha causado una crisis humanitaria y tensiones políticas internas. Líderes militares y exfuncionarios de seguridad piden finalizar el conflicto, mientras el gobierno ultraderechista sigue adelante con una política de ocupación y expandiendo asentamientos, intensificando las protestas y el descontento general. La falta de apoyo internacional y las acciones internas erosionan la unidad nacional, alimentando una profunda fractura dentro de la sociedad israelí.
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