La reciente conclusión de la 52ª Asamblea General y Reunión Anual de la Federación Iberoamericana de Bolsas (FIAB) en Madrid ha dejado un balance positivo tras reunir a más de 250 profesionales del ámbito financiero durante tres jornadas de intenso debate y reflexión sobre los desafíos y oportunidades en los mercados de valores de la región.
En el evento, Juan Pablo Córdoba, CEO de nuam, fue elegido unánimemente como el nuevo presidente de la FIAB. Junto a él, el liderazgo de la organización se completa con Jorge Alegría, director general del Grupo Bolsa Mexicana de Valores, como vicepresidente, y Christian Khatchikian, Chief of Staff en BYMA, en el rol de secretario general. Además, Pilar Martínez, Head of Public Affairs EU & Latam de BME, dirigirá los subcomités con el fin de mejorar la cooperación entre las bolsas iberoamericanas.
Córdoba, al asumir la presidencia, expresó su orgullo y enfatizó sobre la importancia de la FIAB en el fortalecimiento de los mercados de capitales de Iberoamérica. Subrayó la necesidad de promover el reconocimiento mutuo para crear un mercado más accesible para las pequeñas y medianas empresas, una herramienta crucial para el crecimiento económico y la inclusión financiera en la región.
Por su parte, Jorge Alegría manifestó su disposición a colaborar con todos los actores del sector para fomentar el desarrollo sostenible y la innovación, mientras que Juan Flames, CEO de BME, calificó el evento como un exitoso foro de intercambio de ideas y conocimientos.
La agenda de la reunión abarcó temas de gran trascendencia, incluyendo la Inteligencia Artificial, las regulaciones y las oportunidades de inversión en Iberoamérica. Carlos San Basilio, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), enfatizó la necesidad de reforzar la solidez de los mercados de capitales, y José Luis Escrivá, gobernador del Banco de España, hizo un llamado a una mayor interoperabilidad entre Europa y América Latina.
La FIAB, que reúne a 23 bolsas y mercados de la región, tiene como objetivo facilitar la integración económica y financiera, fortaleciendo los lazos comerciales y promoviendo un desarrollo cohesionado entre los países miembros. La asamblea en Madrid reafirma ese compromiso, delineando una hoja de ruta para enfrentar los desafíos económicos del futuro cercano.