La inflación en la eurozona subió ligeramente en agosto al 2,1%, un incremento marginal respecto al mes anterior, según Eurostat. Aunque se mantiene cerca del objetivo del Banco Central Europeo (BCE) de un 2% a medio plazo, es la primera vez desde abril que supera esta meta, en un contexto de tensiones comerciales con Estados Unidos y preocupaciones sobre el crecimiento económico en el bloque. Los alimentos frescos aumentaron un 5,5%, mientras que otros componentes como los bienes no energéticos y los servicios mostraron variaciones mixtas. La inflación subyacente se mantuvo estable en el 2,3%. Estonia lidera con un 6,2%, mientras que Chipre experimentó una leve deflación. En respuesta, el BCE optó por detener la reducción de tipos de interés, señalando la estabilidad inflacionaria a pesar de las fluctuaciones recientes.
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