La Mesa Social del Agua se solidariza con las víctimas de las inundaciones en Andalucía y España por los devastadores efectos de la DANA

En el contexto actual de Andalucía, es fundamental no perder de vista las lecciones aprendidas del largo ciclo de sequía que ha afectado a la región. Aunque reconocemos que en algunas áreas se han presentado mejoras, la crisis hídrica sigue siendo una realidad que necesita atención y acción. Es inaceptable ignorar la evidencia de cómo el cambio climático está exacerbando fenómenos naturales, como sequías e inundaciones, que impactan tanto a comunidades como a ecosistemas.

La sobreexplotación de los recursos hídricos ha llegado a niveles alarmantes, causando un deterioro significativo en la calidad de los ecosistemas acuáticos. Esta situación ha puesto de manifiesto la urgencia de replantear nuestra relación con el agua y los recursos naturales. Los sectores que aún se resisten a aceptar la gravedad de esta problemática deben ser confrontados con datos y hechos que evidencian cómo el cambio climático afecta directamente la disponibilidad de agua y la salud del medio ambiente, elementos vitales para la vida cotidiana en Andalucía.

Es evidente que la gestión de avenidas e inundaciones requiere un cambio de rumbo. Debemos alinearnos con los marcos legales establecidos a nivel europeo, estatal y autonómico, que buscan una gestión del agua más sostenible y equitativa. Esta transformación debe llevarse a cabo con un enfoque que priorice la equidad social y una transición justa. Es esencial que las soluciones propuestas no sólo consideren el aspecto ambiental, sino que también garanticen la inclusión de quienes dependen directamente de estos recursos para su sustento.

Además, es crucial mantener el tejido empresarial que está enraizado en nuestras comunidades. La adaptación y la mitigación de los efectos del cambio climático deben ser acompañadas de políticas que protejan tanto el empleo como la viabilidad de las empresas locales. Solo así podremos afrontar la crisis del agua de manera integral, asegurando que todos los sectores de la sociedad se beneficien de un enfoque sostenible y resiliente.

En resumen, la crisis del agua en Andalucía exige un compromiso firme con la verdad científica, la justicia social y el respeto por nuestros ecosistemas. Debemos actuar ahora para garantizar un futuro en el que la gestión del agua sea sostenible, equitativa y capaz de hacer frente a los desafíos del cambio climático.

Fuente: CCOO Andalucía.

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