Palo Alto Networks, líder en ciberseguridad, advierte sobre una nueva guerra fría digital en la que los Estados nación han intensificado los ataques cibernéticos como herramienta para desestabilizar economías y sabotear infraestructuras. Esta confrontación, menos visible pero de alto impacto, obliga a las organizaciones a reconsiderar sus estrategias de defensa.
En este contexto, países como China, Rusia, Irán y Corea del Norte son los actores principales. Las acciones ya no buscan solo obtener inteligencia, sino crear disrupciones concretas en sectores clave. Un ejemplo de esta táctica es como ciberdelincuentes relacionados con Corea del Norte simulan procesos de selección laboral para introducir software malicioso en sistemas empresariales. Además, la colaboración entre Estados y grupos criminales hace que la detección y atribución de estos ataques sea cada vez más difícil.
Palo Alto Networks resalta que todas las organizaciones enfrentan riesgos, independientemente de su tamaño, debido a la expansión de la superficie de ataque. La transformación digital, el teletrabajo y la migración a la nube incrementan esta vulnerabilidad. La utilización de inteligencia artificial por parte de atacantes potencia las campañas de phishing, haciendo que el engaño sea más realista y efectivo.
Ante este desafío, Palo Alto Networks y su unidad de inteligencia, Unit 42, ofrecen cinco recomendaciones: incluir el riesgo geopolítico en la planificación empresarial, pasar a una defensa impulsada por IA, invertir en seguridad en la nube, utilizar de manera efectiva la inteligencia de amenazas y redefinir el papel de los líderes tecnológicos para asegurar la resiliencia organizativa.
Este nuevo panorama exige que las instituciones se adapten rápidamente para proteger sus activos y mantener su operatividad en un entorno geopolítico cada vez más complejo y hostil.